La competencia perfecta, la banca y el click de un ratón. Gabriel Escribano  Ruiz gabriescribano@yahoo.es 

   

Que Internet ha sido un gran avance para las sociedades modernas (con sus ventajas y sus peligros – no los llamemos inconvenientes) es indiscutible, que la información está cada día más cerca del ciudadano también lo es (aunque más información no es sinónimo de sociedad objetivamente informada), y que Internet ha sido un gran avance para el comercio todavía  está por demostrar.

 

Que cada vez somos menos  reacios a las operaciones comerciales y bancarias a través de la red es algo indiscutible a la vista de las cifras que ofrecen los medios de comunicación, y que el volumen de transacciones aumentará, depende principalmente de la seguridad  que los medios técnicos y las instituciones jurídicas sean capaces de ofrecernos.

 

Si en algún campo ha supuesto una enorme revolución la red, ha sido para la banca, la mayoría de los grandes grupos financieros del país han desarrollado sus versiones electrónicas, ya sea con la misma marca comercial o con otra totalmente nueva (a pesar de estar realizando canibalismo comercial). Así, el banco electrónico UNO-E pertenece al grupo BBVA y TERRA, PATAGÓN pertenece al BSCH, etc, y muchos de los clientes que acuden a la filial electrónica se pierden en las sucursales de ladrillo.

Pero lo que intento analizar en este artículo, es si Internet ha servido para acercarnos algo más al hipotético modelo de competencia perfecta de las que nos habla la teoría económica, si así es, bienvenida sea la red, puesto que las ventajas para el consumidor son indiscutibles.

 

Recordemos en primer lugar los supuestos en que se basa la competencia perfecta:

 

a)     Producto homogéneo.

 

b)    Número abundante de compradores y vendedores, precio aceptantes y máximizadores del beneficio y la utilidad.

 

c)     Información perfecta.

 

d)    Inexistencia de costes de transacción.

 

 

La teoría nos dice, que en aquellos mercados en que se den todos los supuestos, el mercado tenderá a un precio de equilibrio en el que desaparecen los beneficios extraordinarios de los oferentes. ¿ Y qué ocurre con la banca e Internet?

 

a)     Producto homogéneo:

 

 En la actualidad prácticamente ningún bien es homogéneo (ya se encargan de ello las empresas), las marcas, la publicidad, los servicio al cliente, son distintas estrategias que intentan que el consumidor   perciba la empresa y sus productos como únicos y exclusivos, y que acepte precios superiores a los de la competencia.

En principio puede parecer que diferenciar un producto bancario es harto difícil, un préstamo hipotecario es un préstamo hipotecario, lo llamemos como lo llamemos “hipotecón” o “superhipoteca”, igual ocurre con un depósito a plazo fijo o una cuenta corriente,.... La lógica dice que si los clientes  del mercado son máximizadores de su utilidad adquirirán aquel producto que les proporcione un menor coste o una mayor rentabilidad, y en efecto, en la primera etapa de expansión de las e-financieras  la lucha en precios era feroz con el propósito de captar clientes (cuentas corrientes al 7 % anual, exenciones en todo tipo de comisiones, etc), sin embargo, en la actualidad las empresa están intentando diferenciarse de sus competidores, de forma que aumente la fidelización de sus clientes y que les permita ofrecer rentabilidades y costes distintos a los de sus competidores sin suponer una fuga de clientes. Lo tenían difícil, sobre todo con un consumidor de demanda muy elástica que emigra con un clic de un ratón en busca de la mejor oferta, pero ya han comenzado;la mayoría de las entidades financieras comienzan a dar servicios adicionales a los clientes como asesoría fiscal gratuita, o a permitirles tener contacto físico con alguna persona de la entidad (agentes financieros),etc. El producto está empezando a dejar de ser homogéneo.

 

b)    Número abundante de compradores y vendedores:

 

 Los clientes si son precio aceptantes, pero no así las entidades que tienen prácticamente una estructura oligárquica, los acuerdos entra ellas llegarán cuando lo estimen oportuno.

 

c)     Información perfecta:

 

 Desde mi punto de vista éste es uno de los grandes avances de la red de redes, la comparación de productos bancarios suponía antaño una gran dedicación de tiempo por parte de los clientes, visitar oficinas, entrevistarse con los gestores, esperar su turno en colas, etc. Internet ha supuesto la posibilidad de comparar desde un sillón y en escasos minutos, ¡un gran avance!, sin embargo, para poder comparar el navegante debe tener los suficientes conocimientos financieros y/o capacidad crítica como para que la pantalla (antes el gestor), cada vez más cuidada por expertos en marketing  en Internet, no le meta por los ojos lo invendible.

 

d)    Costes de transacción:

 

Uno de las ventajas de la banca electrónica era la posibilidad de hacer desde casa casi cualquier transacción sin coste ninguno, es decir, el cliente se podía ir con un solo clic del ratón de un banco a la competencia. En la actualidad todavía se puede hacer, y es una de las ventajas que nos  venden las sucursales cibernéticas, sin embargo estas transacciones gratuitas se ciñen exclusivamente a las operaciones más cotidianas (que no es poco) como las transferencias, y cada vez más las entidades están intentando que cada cliente tenga un número mayor de productos, lo cual evita la fuga por varias razones:

 

1)     La falta de tiempo para cambiar recibos domiciliados, nóminas, hipotecas, con el consiguiente coste en  llamadas telefónicas, y  los pertinentes gastos notariales en el caso de las últimas, etc.

 

2)     La existencia de comisiones en  productos de “segundo grado de penetración” en los clientes, es decir productos que no se utilizan como gancho, y cuya contratación cada vez más se están convirtiendo en requisito imprescindible para tener altas remuneraciones en los productos básicos de la entidad.

   

En conclusión, la banca electrónica cada vez se aleja más de las primeras etapas de penetración en los mercados en los que la  competencia es  agresiva, y está luchando por la diferenciación y fidelización de sus clientes, quizás tiempos pasados fueron mejor ( o esperemos que sólo distintos).

Hit Counter

 

Escribe tu opinión del artículo en el foro

Revista Digital Sociedad de la información